SINOPSIS.
La familia Tuvache regenta un negocio donde la muerte es la protagonista, en ésta tienda los clientes siempre compran por primera y última vez, y “siempre” se les despide con un Adiós. El matrimonio Tuvache ha puesto a todos sus hijos nombres de ilustres suicidas; el problema es cuando su hijo pequeño Alan, ya de bebé hace algo extraordinario que horroriza a sus preocupados padres, el niño “sonríe”. Alan es la desesperación de sus padres, despide con un “hasta luego” a los clientes, después de haberlos disuadido con su exultante optimismo de que no se maten. Este libro con su fino humor negro retrata una sociedad futurista en la que nadie tiene motivos para vivir, la desesperación cunde entre la población. Alan consigue poco a poco que la gente se dé cuenta que si existe la esperanza, todo puede cambiar, con pequeños gestos logra inculcárselo a todos y cada uno del resto de personajes, incluso a sus depresivos padres…
CRÍTICA.
Es una fábula moderna, un cuento en el que nos llevan a un futuro hipotético donde estar triste es lo habitual, donde la depresión es el estado de ánimo predominante y donde si alguien es feliz, es que está enfermo... En este libro nos llevan a una historia, en la que uno se ríe de lo más trágico que hay en la vida, la muerte provocada por uno mismo. A pesar del tema que trata, es un canto al optimismo, leerla no te dejará indiferente, cuando terminas la última página te deja un poso de positivismo tremendo (a pesar del final, abierto a distintas interpretaciones).
PUNTUACIÓN: 9, es una novela por descubrir, para desintoxicarse de los best seller y abrirse a algo nuevo cargado de buen contenido.
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