ENANO ROJO: ÚLTIMO HUMANO, de DOUG NAYLOR
EDITORIAL AJEC
Colección: Albemuth Internacional
Traducción: Teresa Ponce
Diseño de Portada: Juan Antonio Gonzálvez
ISBN: 9788496013803
Formato: 22x15cm. Tapa blanda.
Páginas: 240
Precio: 17,95 euros
EDITORIAL AJEC
Colección: Albemuth Internacional
Traducción: Teresa Ponce
Diseño de Portada: Juan Antonio Gonzálvez
ISBN: 9788496013803
Formato: 22x15cm. Tapa blanda.
Páginas: 240
Precio: 17,95 euros
SINOPSIS Y OPINIÓN
Hay quien afirma que el humor es universal, que no entiende ni de razas ni de culturas,... pero eso no es del todo cierto. Hay muchos tipos de humor diferentes. Hay humor británico, hay humor japonés, hay humor andaluz,... y no tienen nada que ver. "Enano Rojo: Último Humano" de Doug Naylor, por ejemplo, es puro humor británico.
Dave Lister, se encuentra, tras una serie de desastres, desafortunadas elecciones personales y poco confiables amistades, en una nave prisión con destino a la más inhóspita colonia penal del espacio exterior.
Pero Lister no es una persona cualquiera, de hecho ni siquiera es un ser humano cualquiera: Dave Lister es El Último Humano Vivo, aunque no sea el espécimen más representativo de la especie. Y sobre sus hombros descansa una misión: restaurar la raza humana a cualquier precio.
Acompañado de Arnold Rimmer, el holograma de su superior muerto, Kryten, un androide paranoico y Gato, miembro de una especie evolucionada a partir de los gatos terrestres, deberá luchar para llevar a cabo su misión.
El humor británico auténtico, aquel que bebe del teatro clásico de William Shakespeare, de la tradición del absurdo que lidera Lewis Carroll, de la fina ironía de Oscar Wilde o de la crítica social de Charles Dickens, no es del gusto de todos los paladares. Demasiado sutil para los que disfrutan con los tragos más fuertes y directos. Es como beber una buena copa de jerez, sentado en un sillón de orejas tapizado en piel junto a una chimenea y con un buen libro entre las manos: inapreciable para los consumidores de jarras de cerveza de medio litro o de peleones vinos de tetra-brick en ruidosos garitos cubiertos de mugre que huelen a sudor rancio y a cigarrillos sin filtro.
Es difícil identificar los elementos exactos del "sentido del humor británico" pero, a grandes rasgos, se puede caracterizar en la incongruencia, algo de mal gusto, la riqueza de la lengua inglesa como herramienta, la singularidad de la cultura inglesa como objetivo y poco sentido del ridículo, con protagonistas excéntricos y lunáticos que caen en el absurdo. Este tipo de humor se asocia comúnmente con el refinamiento, la sutileza y el uso de un lenguaje punzante, pero existen variantes surgidas a lo largo de las últimas décadas que incluyen el humor absurdo abanderado por los Monty Phyton, el humor intelectual y flemático que se puede disfrutar en las películas "Cuatro bodas y un funeral" o "Los amigos de Peter", o el humor bufón que Rowan Arkinson elevó a la enésima potencia con su Mr. Bean. Todos, ejemplos de humor británico: un humor hecho por británicos, sobre británicos y para británicos... pero que disfruta todo el mundo con un mínimo de sensibilidad.
La televisión es el medio donde el sentido del humor británico ha fructificado más y mejor durante los últimos cincuenta años, sobretodo cobijados a la sombra de la cadena estatal BBC (British Broadcasting Corporation) y que, sin perder un ápice de sus principios fundamentales, ha arrancado carcajadas en cualquier rincón del mundo. La lista es interminable: "Yes, Minister", "Monty Python Flying Circus", "The Young Ones", "Mr. Bean", "Fawlty Towers", "Los informáticos", "Alló Alló", "Some Mothers Do ´Ave ´Em", "The IT Crowd", "Black Adder", "Little Britain", "Spitting Image", "The Office", "Red Dwarf",... El humor inglés televisivo se encuentra actualmente en un gran estado de forma y ello se debe en gran parte a gente como Ricky Gervais, Stephen Merchant, Nick Frost, Matt Lucas, Graham Linehan, David Walliams y Katy Brand, comediantes formados en la radio y televisión de la BBC que, con enormes dosis de talento, han logrado absorber todas esas variantes de la comedia británica creando un puñado de series de una calidad indiscutible.
"Red Dwarf", "Enano Rojo" en castellano y "El Nan Roig" en su versión en catalán que emitió el canal autonómico TV3, es una serie de televisión de ciencia ficción, creada por Rob Grant y Doug Naylor a finales de los ochenta para el canal BBC2 y que estaba basada en el serial radiofónico "Dave Hollins: Space Cadet" de la BBC Radio 4. Narraba las aventuras en el espacio del último hombre vivo, el maleducado y sucio Dave Lister (interpretado por Craig Charles), que despertaba de su hibernación en la nave minera Enano Rojo tres millones de años después de su encierro, cuando ya no quedaba nadie más. ¿Nadie? Le acompañaban en su odisea un gato evolucionado (interpretado por Danny John-Jules), el superordenador Holly con un coeficiente intelectual de 6000 (interpretado por Norman Lovett durante las dos primeras temporadas y por Hatty Hayridge a partir de la tercera), el holograma de un antiguo compañero de Lister muy irritante llamado Arnold Rimmer (interpretado por Chris Barrie) que Lister recuperó por error y, más tarde, un mecanoide mayordomo conocido como Kryten (a partir de la tercera temporada, interpretado por Robert Llewelyn). Todos juntos intentaron regresar a la Tierra durante más de cincuenta episodios, de media hora de duración, y la serie permaneció en antena ocho temporadas, desde 1988 hasta 1999.
Además del serial para la radio, la serie de televisión y un proyecto para trasladar las aventuras de Dave Lister a la gran pantalla, Rob Grant y Doug Naylor escribieron dos novelas a cuatro manos en el universo del Enano Rojo ("Infinity welcomes careful drivers" publicada en castellano como "Enano Rojo: La Novela" y "Better than life" publicada en castellano como "Enano Rojo: Mejor que la Vida"), y dos en solitario (la tercera por Rob Grant titulada "Enano Rojo: Hacia atrás" y la cuarta de Doug Naylor titulada "Enano Rojo: Último Humano"). Una fructífera relación entre dos autores británicos con talento y muchísimo sentido del humor, labrado en las escuelas de Doug Adams ("The Hitchhiker's Guide to the Galaxy"), Terry Pratchett o de Monty Python. Y que, por sorprendente que parezca en un medio donde las rupturas de las parejas creativas esta a la orden del día, no permitieron que sus egos personales enturbiaran una buena relación profesional y trabajaron juntos, arrimando el hombro, durante muchos años. Tras finalizar la sexta temporada de "The Red Dwarf" en 1993, Rob Grant decidió embarcarse en otros proyectos, por lo que Naylor continuó en solitario con la serie, aunque con dificultades (Chris Barrie comenzó a trabajar en otra serie, y Craig Charles estaba en prisión). Desde 2007 Naylor se dedica a llevar todo el tema de merchandising, producción y difusión de "Enano Rojo", así como de los nuevos capítulos que se emitieron en 2009.
Los acontecimientos que se narran en la cuarta novela de la serie "Enano Rojo" escrita por Doug Naylor, "Enano Rojo: Último Humano", entroncan directamente con los sucesos de la tercera novela de la serie escrita por su compañero creativo ("Enano Rojo: Hacia atrás"), cuando la tripulación de la colorada nave minera recuperó a la bella Kristine Kochanski, valiente y resolutiva como ninguno de los compañeros, tras un viaje en el tiempo y contra el tiempo (emulando el relato de Philip K. Dick "El mundo contra el reloj"). Así, cuando parecía que por fin la vida del último humano Dave Lister dejaba de conspirar contra él las cosas se vuelven a torcer: la tripulación encuentra un Dave Lister de un mundo paralelo que es un maníaco homicida que ha asesinado a todos sus compañeros a bordo del "Red Dwarf" pero quien termina con sus huesos en una prisión alienígena de la que es imposible escapar es la versión original de Lister.
"Enano Rojo: Último Humano" es un juego, un entretenimiento que aprovecha la riqueza de la lengua para arrancarnos sonoras carcajadas, cuya fuerza reside en los juegos de palabras, en las jocosas comparaciones entre un universo ficticio de ciencia-ficción con acontecimientos diarios de nuestra vida cotidiana. Humor británico de pura cepa, tal y como lo hemos definido al principio de la reseña: la incongruencia, algo de mal gusto, la riqueza de la lengua inglesa como herramienta, la singularidad de la cultura inglesa como objetivo y poco sentido del ridículo, con protagonistas excéntricos y lunáticos que caen en el absurdo. La novela, repleta de juegos de palabras (a veces de difícil traducción) y esas metáforas humorísticas que tanto disfrutamos cuando leemos a Terry Pratchett, dispone sobre el tapete varias subtramas diferentes para acompañar la historia: el hijo de Arnold Rimmer que cree que su padre es un héroe, los dos Lísters, las criaturas desarrolladas a partir de mezclas genéticas de diversos animales conocidos como foigs, el "arca" enterrada en el fondo de un mar de fuego, la metamorfosis del androide Kryten en humano ("¿para qué sirven los pezones?"), la lucha contra la entidad gestáltica Furia,... pero todas ellas se deshacen como azucarillos en un café caliente. Carecen de fuerza y ritmo, están poco desarrolladas y se salta de unas a otras de forma demasiado gratuita. Quizás hubiera sido recomendable reducir el número de frentes de combate e invertir esfuerzos en mejorar la fluidez y el orden. No se puede negar que este libro es divertido, pero el trono de Pratchett aún está demasiado lejos, y con cuatro frases bien enlazadas o unas cuantas metáforas bien tejidas no es suficiente para creerse merecedores de pisar las mismas alfombras que recorre con brío el padre del Mundodisco.
RESEÑA REALIZADA POR NOREN.
RESEÑA ORIGINAL DE VIA-NEWS
Dave Lister, se encuentra, tras una serie de desastres, desafortunadas elecciones personales y poco confiables amistades, en una nave prisión con destino a la más inhóspita colonia penal del espacio exterior.
Pero Lister no es una persona cualquiera, de hecho ni siquiera es un ser humano cualquiera: Dave Lister es El Último Humano Vivo, aunque no sea el espécimen más representativo de la especie. Y sobre sus hombros descansa una misión: restaurar la raza humana a cualquier precio.
Acompañado de Arnold Rimmer, el holograma de su superior muerto, Kryten, un androide paranoico y Gato, miembro de una especie evolucionada a partir de los gatos terrestres, deberá luchar para llevar a cabo su misión.
El humor británico auténtico, aquel que bebe del teatro clásico de William Shakespeare, de la tradición del absurdo que lidera Lewis Carroll, de la fina ironía de Oscar Wilde o de la crítica social de Charles Dickens, no es del gusto de todos los paladares. Demasiado sutil para los que disfrutan con los tragos más fuertes y directos. Es como beber una buena copa de jerez, sentado en un sillón de orejas tapizado en piel junto a una chimenea y con un buen libro entre las manos: inapreciable para los consumidores de jarras de cerveza de medio litro o de peleones vinos de tetra-brick en ruidosos garitos cubiertos de mugre que huelen a sudor rancio y a cigarrillos sin filtro.
Es difícil identificar los elementos exactos del "sentido del humor británico" pero, a grandes rasgos, se puede caracterizar en la incongruencia, algo de mal gusto, la riqueza de la lengua inglesa como herramienta, la singularidad de la cultura inglesa como objetivo y poco sentido del ridículo, con protagonistas excéntricos y lunáticos que caen en el absurdo. Este tipo de humor se asocia comúnmente con el refinamiento, la sutileza y el uso de un lenguaje punzante, pero existen variantes surgidas a lo largo de las últimas décadas que incluyen el humor absurdo abanderado por los Monty Phyton, el humor intelectual y flemático que se puede disfrutar en las películas "Cuatro bodas y un funeral" o "Los amigos de Peter", o el humor bufón que Rowan Arkinson elevó a la enésima potencia con su Mr. Bean. Todos, ejemplos de humor británico: un humor hecho por británicos, sobre británicos y para británicos... pero que disfruta todo el mundo con un mínimo de sensibilidad.
La televisión es el medio donde el sentido del humor británico ha fructificado más y mejor durante los últimos cincuenta años, sobretodo cobijados a la sombra de la cadena estatal BBC (British Broadcasting Corporation) y que, sin perder un ápice de sus principios fundamentales, ha arrancado carcajadas en cualquier rincón del mundo. La lista es interminable: "Yes, Minister", "Monty Python Flying Circus", "The Young Ones", "Mr. Bean", "Fawlty Towers", "Los informáticos", "Alló Alló", "Some Mothers Do ´Ave ´Em", "The IT Crowd", "Black Adder", "Little Britain", "Spitting Image", "The Office", "Red Dwarf",... El humor inglés televisivo se encuentra actualmente en un gran estado de forma y ello se debe en gran parte a gente como Ricky Gervais, Stephen Merchant, Nick Frost, Matt Lucas, Graham Linehan, David Walliams y Katy Brand, comediantes formados en la radio y televisión de la BBC que, con enormes dosis de talento, han logrado absorber todas esas variantes de la comedia británica creando un puñado de series de una calidad indiscutible.
"Red Dwarf", "Enano Rojo" en castellano y "El Nan Roig" en su versión en catalán que emitió el canal autonómico TV3, es una serie de televisión de ciencia ficción, creada por Rob Grant y Doug Naylor a finales de los ochenta para el canal BBC2 y que estaba basada en el serial radiofónico "Dave Hollins: Space Cadet" de la BBC Radio 4. Narraba las aventuras en el espacio del último hombre vivo, el maleducado y sucio Dave Lister (interpretado por Craig Charles), que despertaba de su hibernación en la nave minera Enano Rojo tres millones de años después de su encierro, cuando ya no quedaba nadie más. ¿Nadie? Le acompañaban en su odisea un gato evolucionado (interpretado por Danny John-Jules), el superordenador Holly con un coeficiente intelectual de 6000 (interpretado por Norman Lovett durante las dos primeras temporadas y por Hatty Hayridge a partir de la tercera), el holograma de un antiguo compañero de Lister muy irritante llamado Arnold Rimmer (interpretado por Chris Barrie) que Lister recuperó por error y, más tarde, un mecanoide mayordomo conocido como Kryten (a partir de la tercera temporada, interpretado por Robert Llewelyn). Todos juntos intentaron regresar a la Tierra durante más de cincuenta episodios, de media hora de duración, y la serie permaneció en antena ocho temporadas, desde 1988 hasta 1999.
Además del serial para la radio, la serie de televisión y un proyecto para trasladar las aventuras de Dave Lister a la gran pantalla, Rob Grant y Doug Naylor escribieron dos novelas a cuatro manos en el universo del Enano Rojo ("Infinity welcomes careful drivers" publicada en castellano como "Enano Rojo: La Novela" y "Better than life" publicada en castellano como "Enano Rojo: Mejor que la Vida"), y dos en solitario (la tercera por Rob Grant titulada "Enano Rojo: Hacia atrás" y la cuarta de Doug Naylor titulada "Enano Rojo: Último Humano"). Una fructífera relación entre dos autores británicos con talento y muchísimo sentido del humor, labrado en las escuelas de Doug Adams ("The Hitchhiker's Guide to the Galaxy"), Terry Pratchett o de Monty Python. Y que, por sorprendente que parezca en un medio donde las rupturas de las parejas creativas esta a la orden del día, no permitieron que sus egos personales enturbiaran una buena relación profesional y trabajaron juntos, arrimando el hombro, durante muchos años. Tras finalizar la sexta temporada de "The Red Dwarf" en 1993, Rob Grant decidió embarcarse en otros proyectos, por lo que Naylor continuó en solitario con la serie, aunque con dificultades (Chris Barrie comenzó a trabajar en otra serie, y Craig Charles estaba en prisión). Desde 2007 Naylor se dedica a llevar todo el tema de merchandising, producción y difusión de "Enano Rojo", así como de los nuevos capítulos que se emitieron en 2009.
Los acontecimientos que se narran en la cuarta novela de la serie "Enano Rojo" escrita por Doug Naylor, "Enano Rojo: Último Humano", entroncan directamente con los sucesos de la tercera novela de la serie escrita por su compañero creativo ("Enano Rojo: Hacia atrás"), cuando la tripulación de la colorada nave minera recuperó a la bella Kristine Kochanski, valiente y resolutiva como ninguno de los compañeros, tras un viaje en el tiempo y contra el tiempo (emulando el relato de Philip K. Dick "El mundo contra el reloj"). Así, cuando parecía que por fin la vida del último humano Dave Lister dejaba de conspirar contra él las cosas se vuelven a torcer: la tripulación encuentra un Dave Lister de un mundo paralelo que es un maníaco homicida que ha asesinado a todos sus compañeros a bordo del "Red Dwarf" pero quien termina con sus huesos en una prisión alienígena de la que es imposible escapar es la versión original de Lister.
"Enano Rojo: Último Humano" es un juego, un entretenimiento que aprovecha la riqueza de la lengua para arrancarnos sonoras carcajadas, cuya fuerza reside en los juegos de palabras, en las jocosas comparaciones entre un universo ficticio de ciencia-ficción con acontecimientos diarios de nuestra vida cotidiana. Humor británico de pura cepa, tal y como lo hemos definido al principio de la reseña: la incongruencia, algo de mal gusto, la riqueza de la lengua inglesa como herramienta, la singularidad de la cultura inglesa como objetivo y poco sentido del ridículo, con protagonistas excéntricos y lunáticos que caen en el absurdo. La novela, repleta de juegos de palabras (a veces de difícil traducción) y esas metáforas humorísticas que tanto disfrutamos cuando leemos a Terry Pratchett, dispone sobre el tapete varias subtramas diferentes para acompañar la historia: el hijo de Arnold Rimmer que cree que su padre es un héroe, los dos Lísters, las criaturas desarrolladas a partir de mezclas genéticas de diversos animales conocidos como foigs, el "arca" enterrada en el fondo de un mar de fuego, la metamorfosis del androide Kryten en humano ("¿para qué sirven los pezones?"), la lucha contra la entidad gestáltica Furia,... pero todas ellas se deshacen como azucarillos en un café caliente. Carecen de fuerza y ritmo, están poco desarrolladas y se salta de unas a otras de forma demasiado gratuita. Quizás hubiera sido recomendable reducir el número de frentes de combate e invertir esfuerzos en mejorar la fluidez y el orden. No se puede negar que este libro es divertido, pero el trono de Pratchett aún está demasiado lejos, y con cuatro frases bien enlazadas o unas cuantas metáforas bien tejidas no es suficiente para creerse merecedores de pisar las mismas alfombras que recorre con brío el padre del Mundodisco.
RESEÑA REALIZADA POR NOREN.
RESEÑA ORIGINAL DE VIA-NEWS
1 comentarios:
Este libro es un auténtico acierto. Toda la saga Enano Rojo es para desternillarse de risa y disfrutar... como enanos
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