jueves, 2 de febrero de 2012 | By: Skadhi

Los horrores del escalpelo - Daniel Mares




LOS HORRORES DEL ESCALPELO, de DANIEL MARES
AJEC

Diseño de Portada: Alejandro Colucci
Precio: 27,60 €
Tamaño: 23x16 (Tapa Dura con Sobrecubierta)
Páginas: 832
ISBN: 978-84-15156-12-3

SINOPSIS


Otoño de 1888.

El ingeniero español Leonardo Torres Quevedo se halla en Londres en pos del mítico Ajedrecista de Maelzel, un autómata mecánico que se creía perdido desde hacía décadas.

En compañía de Raimundo Aguirre, monstruoso ladrón y asesino, quién dice tener la pista del perdido autómata, inicia la búsqueda a través de los bajos fondos londinenses y alta sociedad victoriana.

Pero la búsqueda es interrumpida por el horror: las calles del deprimido barrio de Whitechapel amanecen con cadáveres de prostitutas abiertas sobre el adoquinado. Y Torres Quevedo y su compañero Aguirre se ven implicados en la caza de un asesino que firma sus crímenes como Jack el Destripador, entrando en una compleja partida de ajedrez con oscuras conspiraciones, el misterio y la muerte como piezas principales

«Una rica ambientación que nos hace ver, oler y tocar el Londres de finales del XIX. Personajes inolvidables que horrorizan y conmueven. Una trama repleta de giros imprevisibles, pero siempre coherentes. Todo ello servido por la pluma iconoclasta de Daniel Mares, el talento más desatado de la fantasía española."

Javier Negrete, autor de “La espada de fuego” y “Salamina”.

"Un largo paseo por el horror y la muerte, a la sombra del asesino más famoso de la historia y de la mano de uno de los autores más originales que produjo el círculo literario de la extinta TerMa madrileña."

León Arsenal, autor de “El Hombre de la Plata” y “El Espejo de Salomón”

CRÍTICA

Jack “El Destripador”, “Delantal de Cuero”, “el Asesino de Whitechapel”. Da igual cómo se le llame. Todos sabemos de quién estamos hablando y nadie sabe quién es. Y a todos nos causa una morbosa fascinación. Posiblemente sea el asesino en serie más famoso de la Historia y sobre el que más ríos de tinta se han vertido. Y es que en pleno siglo veintiuno nos sigue produciendo el mismo malsano interés. La sola imagen de un brumoso Londres victoriano, por la noche, con una lámpara de gas iluminando tenuemente una silueta vestida con traje, capa y sombrero ya nos recuerda a este implacable homicida. Y si le añadimos un maletín de médico la estampa es perfecta. Pero, ¿quién era realmente Jack el Destripador? ¿Por qué mataba a las prostitutas de Whitechapel? ¿Cuántas fueron realmente sus víctimas? ¿Escribió realmente alguna de las cartas que se le atribuyen? ¿Por qué la Policía Metropolitana y Scotland Yard fueron incapaces de dar con el cruento criminal? Y sobre todo, ¿por qué los cientos, o miles, de investigadores que han estudiado el caso en profundidad, aplicando cada uno las más modernas técnicas forenses y criminalistas de su época, no son capaces de ponerse de acuerdo?
 
La verdad es que es un caso con mucho morbo. Tiene cruentos crímenes, que escandalizaron y asustaron a toda una ciudad acostumbrada a todo tipo de crueles asesinatos, enigmas sin resolver que ni los más prestigiosos cerebros han sido capaces de responder, un toque romántico y las más diversas teorías para solucionar el misterio de finales del siglo XIX. Como puede verse, lo tiene todo para escribir una (o varias) novelas negras que cautiven al lector. Uno de los mejores exponentes lo tenemos en el magnífico cómic de Alan Moore “From Hell”, no apto para los más sensibles. 
 
Y la siempre innovadora editorial AJEC pretende traernos otro gran éxito con “Los Horrores del Escalpelo” de Daniel Mares. En éste libro tenemos a Leonardo Torres Quevedo, famoso ingeniero español que viaja a Londres siguiendo las pistas del “Ajedrecista de Maelzel” un famoso timo de la época. Pronto, su interés por el autómata se verá dividido al verse involucrado en la investigación de unos horribles asesinatos cometidos por alguien que llaman Delantal de Cuero. Y casi sin querer se verá investigando no ya sólo para descubrir al misterioso asesino, sino para poder limpiar su nombre y averiguar qué hay detrás del autómata y del criminal. 
 
En mi opinión este libro lo tiene todo en apariencia para ser un gran boom, por lo menos en el mundillo subcultural en el que nos movemos.  Y es que tiene autómatas (precursores de la robótica), los asesinatos del destripador, el romanticismo del Londres victoriano y sobre todo un continuo desfile de personajes y hechos reales e históricos (empezando por el protagonista, Torres Quevedo) mezclado sutilmente con invenciones y hasta un toque de ciencia ficción y fantasía. 
 
Ciertamente la investigación que ha seguido el autor de la época, los  usos y costumbres, las personas que en ella vivían, los modismos del lenguaje según clases sociales, los mismos personajes históricos, la investigación criminal, todo en definitiva ha sido exhaustivo. Y se deja notar en cada página del libro. Enseguida se ve uno transportado al siglo XIX y se siente allí como uno más, formando parte de todo. Posiblemente sea uno de los puntos fuertes del libro, sino el más potente.
 
Sin embargo se ve lastrado por una narración excesivamente lenta y densa. El fluir de la historia es lento y pesado como la miel derramada. Pero también es inexorable, y quien supere las doscientas primeras páginas verá su paciencia recompensada al verse atrapado por varios misterios que dividirán si interés y de los cuales querrá ver respuesta. Cierto es que el autor peca de una excesiva descripción, así como la narración meticulosa de cada segundo de vida de los protagonistas. Es un intento de no dejar ni un sólo cabo suelto y que todo quede perfectamente explicado y justificado, evitando así posibles “Deus Ex Machina” de los que tanto se abusa ahora. Sin embargo, por ello mismo, a veces se dispersa y se entretiene en hechos y personajes que no aportan nada a la narración y que son totalmente intrascendentes, llegando en casos a explicarnos la vida y obra, no ya de personajes secundarios, sino terciarios o meros figurantes.
 
Aunque todo ello contribuye a darle realismo y aumenta esa sensación de ser parte de la narración que decía al principio de esta reseña, la verdad es que puede llegar a ser realmente frustrante y frena de manera excesiva el ritmo de la narración, llegando a veces a romper con el fluir de los sucesos.  Para mi posiblemente sea el gran punto negro de este libro. La pena es que no es el único.
 
Así como elogié en su momento la edición de “Las Graves Planicies”, en este caso sólo puedo criticar el trabajo de la editorial AJEC. Mientras que la elección de la portada es acertada, con una ilustración de Alejandro Colucci bastante apropiada; y el formato elegido para las más de ochocientas páginas de la novela, es el adecuado (cartoné con sobrecubierta) el resto de la labor editorial es mediocre. En el ejemplar que yo poseo, el corte de las páginas es burdo e inadecuado, llegando a tener alguna página más tamaño que las demás y sobresaliendo por ello. La sobrecubierta no encaja correctamente, siendo pequeña para las tapas de cartón. Pero eso son fallos menores, que pueden ser obra de un único ejemplar defectuoso. Lo peor es la deficiente labor de corrección y edición. El libro está plagado de faltas ortográficas y gramaticales, siendo alguna de ellas bastante gruesa y resultona. Es algo que podría haberse resuelto con un buen repaso y un buen corrector. Por poner un simple ejemplo, el relato cae en un anti dequeísmo que encuentro insufrible. Es cierto que es lo que está de moda y que ya debiera haberme acostumbrado, pero no por ello deja de ser una grave falta ortográfica. Ojo, yo no digo que yo no cometa faltas, seguro que en este texto hay alguna, pero yo no vivo de ello. Y creo que una buena manera de que no cometamos faltas el resto de la humanidad pasa porque los libros que leamos no las tengan.
 
De todas formas es un relato muy recomendable, tampoco apto para mentes delicadas (hay muchísima violencia y sexo descrito con cierto detalle). No es tampoco para cualquier lector. Su densidad y lentitud puede desanimar a muchas personas, sobre todo si no leen habitualmente, pero si no se dejan vencer descubrirán un relato entretenido, unos misterios apasionantes, a una de las grandes mentes científicas de la Historia, injustamente tratado en España (gracias a este libro he descubierto al cántabro Torres Quevedo, precursor de la Inteligencia Artificial gracias a sus autómatas ajedrecistas, inventor del radiocontrol, innovador del dirigible, creador del Transbordador que cruza el Niágara y firme defensor del esperanto, por citar alguno de sus múltiples logros) y por supuesto, al asesino más famoso del mundo.

Mi nota: Un 7.5. No apto para todo el mundo, pero aun así muy atractivo.

Lo mejor: La increíble ambientación sin duda. El poder disfrutar de una nueva teoría sobre Delantal de Cuero.

Lo peor: La lentitud de la obra.

RESEÑA REALIZADA POR CARLOS

2 comentarios:

María del Mar Gázquez dijo...

Le tenía muchas ganas a este libro hasta que leí una reseña donde precisamente coincidía con la tuya en las enormes faltas de ortografía y demás errores gramaticales, y eso me echó para atrás. No obstante y pese a eso, con tu reseña me ha vuelto a llamar otro poquito el libro. Igual hasta me animo. Una excelente reseña.

Anónimo dijo...

¡la portada es impresionante! a mi me parece que tiene buena pinta el libro

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