viernes, 30 de septiembre de 2011 | By: Skadhi

A examen... la novela histórica de aventuras

De un tiempo a esta parte, cada vez se oyen más voces críticas contra la novela histórica. Casi todas esas críticas confluyen más o menos hacia un mismo punto, y es resaltar el hecho de que la novela histórica no es fiel a la historia.

No entraremos aquí en un debate sobre si lo que aparece en los libros de historia es fiel también o no, vamos a centrarnos en el hecho de que la polémica existente entorno a la novela histórica es excesiva.
 
Comenzaremos diciendo que todo seguidor y lector asiduo de novela histórica sabe perfectamente que entre sus manos se encuentra una novela de ficción, y que en ella, y situado en un período histórico determinado, el escritor le va a narrar una historia rodeada de una ambientación histórica real, o al menos, lo más aproximado a lo real, permitiéndonos conocer en algunos casos, datos y situaciones que nos facilitan hacernos una idea de cómo vivieron en determinadas épocas nuestros antepasados, su vida cotidiana, los mercados, la forma de pensar, etc...

Pero no todo lo que reluce es oro, sabemos de la existencia de novelas históricas que lamentablemente, cometen fallos visibles que perjudican seriamente al conjunto de la novela, o que tienden demasiado a la imaginación del escritor y termina siendo más una novela de fantasía que una de género histórico. No son muchas, pero hasta nosotros, que hemos leído bastantes, hemos llegado a pensar que ese libro no debiera de haber salido al mercado. Pero como siempre decimos, por unos pocos, no pueden pagar el resto.
 
Dicho esto, dentro del género de novela histórica podríamos decir que existen diferentes corrientes o formas de escribir la novela histórica: por un lado está la novela histórica pura, que es aquella que cuenta un momento real de nuestra historia de una manera novelada para facilitar su lectura, sin incluir personajes ficticios. También podríamos decir que existe la novela histórica de suspense, donde a partir de un personaje completamente ficticio, y casi siempre siendo un detective, investigador, o profesión parecida, el escritor nos cuenta una historia ficticia, dotada de una ambientación histórica real con personajes históricos que si que existieron (Lindsey Davis es la maestra en ello). Otro estilo podría ser el de la novela histórica de ficción, donde a partir de un personaje ficticio al que escritor le confiere la voz de narrador, podemos acceder a momentos de la historia de una manera más fácil (en este sentido, Bernard Cornwell es quien mejor lo hace). Y por último, aunque seguro que habría más variantes, estaría la novela histórica de aventuras, donde el escritor nos narra una batalla, o una guerra o una historia con mucha acción, y nos hace partícipe de ellas, dotando a la historia de mucha espectacularidad, en especial, en los momentos bélicos, y usando, como en las anteriores, personajes ficticios que no existieron pero que sirven al lector para adentrarse en un momento histórico que existió y conocer de paso, a personajes históricos que si que existieron también.
 
Hoy queremos romper una lanza en favor de la novela histórica de aventuras, ese género que antaño era uno de los más leídos en nuestra infancia y adolescencia. Podríamos definir a la novela histórica de aventuras como aquella que, situándose en un momento histórico determinado, nos presenta una historia con personajes ficticios llena de acción, movimiento, espectacularidad, que permite una fácil lectura de la misma. Por ejemplo, los libros de "Tarzan" de Burroughs, donde nos situaban en una época colonial de África en el s.XIX, y que, a través de las peripecias de un personaje del cual no se ha demostrado su existencia, o al menos no en los libros de historia, nos presentaba la invasión inglesa en África, la "civilización" de las tribus, la caza furtiva, etc... otro ejemplo de novela histórica de aventuras sería "Ben-hur" de Lewis Wallace, donde a través del personaje de Judá Ben Hur, nos mostraban la vida cotidiana de los judios bajo el yugo romano, el reinado de Herodes el Grande, las distintas revueltas que tuvieron lugar para intentar enfrentarse a la invasión romana, etc...

Hay que reconocer que este tipo de novelas son muy apetecibles porque, como hemos dicho anteriormente, son muy rápidas de leer. En ellas, en ningún momento, o al menos yo no les he oído decirlo, el escritor indica que vaya a hacer una reproducción fiel de la historia tal y como se conoce. En las novelas de aventuras, si algo tiene preferencia es la acción, la encadenación de una serie de acontecimientos rápidos que puedan incluir momentos de espectacularidad, como una batalla o un asedio, o momentos de incertidumbre.

Las novelas históricas de aventuras han estado muchos años abandonadas, al parecer por haber perdido el mercado. Desde hace pocos años, parece ser que vuelven a entrar poco a poco en las bibliotecas de los lectores, ya sea por la aparición de películas que se inspiran en ellas, o bien porque su trama vuelve a ser de interés. Hay que agradecer, sobre todo, a la industria del cine que haya permitido que vuelva a ver libros con unas temáticas que estaban más que olvidadas, por ejemplo, la novela de piratas. Este mismo año,  y después de unos cuantos sin un sólo título sobre la temática, han aparecido dos libros que nos llevan a subir a barcos piratas y vivir sus aventuras. Uno es "En costas extrañas" de Tim Powers, donde nos lleva a conocer a un Barbanegra muy siniestro y a unos piratas muy crueles. Y el otro es el de Mark Keating, "Devlin el pirata", donde se va a dar comienzo a una saga sobre dicho protagonista que nos mostrará el enfrentamiento entre franceses e ingleses. Tanto en uno como en otro, nos muestran la vida de los piratas del s.XVIII, y es a través de sus fechorias y aventuras, como nos permite el escritor conocer detalles de la vida de la época, y también situaciones históricas, como las rutas de comercio, el transporte de oro de las grandes naciones, el poder de las diferentes compañías de las Indias, las batallas entre Inglaterra, Francia, España y Holanda por el control de las rutas, etc... todo ello contado de tal manera, que la información histórica que nos facilitan es asimilada sin esfuerzo porque el protagonismo se lo lleva la acción.

Es por ello que creemos que es muy interesante leer novelas de este tipo, ya que son historias muy entretenidas las que nos narran, y con las que aprendemos anécdotas históricas. Entendemos que un libro de ensayo sobre historia es una fiel reproducción del momento, pero para aquellas personas que quieren entretenimiento y no una correlación de datos y fechas, es la novela histórica la que aporta en ese sentido, la combinación perfecta para que las personas accedan a la historia más fácilmente. Nosotros pensamos que ambos tipos de libros son perfectamente combinables, ya que si la novela histórica ha generado un interés hacia ese momento histórico, el lector terminará acudiendo a un libro de ensayo para saber más sobre el tema.

En definitiva, la novela histórica merece su oportunidad, y dentro de sus variables, es ahora mismo la novela histórica de aventuras la que más puede beneficiar al resurgimiento de un género de los más complicados de escribir...

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