CARTAS EN EL ASUNTO, de TERRY PRATCHETT
PLAZA Y JANÉS
Nº páginas: 432 pags
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788401390876
Nº Edición:1º
Año de edición:2011
Plaza edición: BARCELONA
PLAZA Y JANÉS
Nº páginas: 432 pags
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788401390876
Nº Edición:1º
Año de edición:2011
Plaza edición: BARCELONA
SINOPSIS
Lo último que recuerda el inefable Moist von Lipwig, condenado a muerte por estafador, es que estaba a punto de morir ajusticiado, y ahora, tras despertar, se halla ante lord Vetinari, que le propone una ardua tarea a cambio de salvar la vida: tiene que modernizar el terrible servicio postal de la metrópoli. Lipwig acepta, creyendo que tendrá ocasión de escapar y volver a su «noble» oficio, pero el golem encargado de su custodia resultará ser un hueso duro de roer. Además, tendrá que enfrentarse al maestro de los estafadores, un financiero sin escrúpulos que controla el monopolio de las comunicaciones de Mundodisco y no está dispuesto a dejar escapar tan suculentos beneficios.
CRÍTICA
Hay un hecho que es muy común en el fandom. Es el “endiosamiento” de algunas personas relevantes, ya sean autores, editores, guionistas, productores…Quien se mueva un poco por este mundillo habrá escuchado más de una vez expresiones del tipo “este tío (sustitúyase por el nombre que se desee) es Dios”. Por ejemplo, tenemos a Alan Moore o Neil Gaiman en el género del cómic, George R.R. Martin en el de la literatura (aunque Gaiman también entraría), J.J. Abrams en el del celuloide… Hay más, muchos más, aquellos de los que todos habréis oído hablar o incluso pertenezcan a vuestro panteón. La lista es extensísima y no es mi objeto analizar quiénes o cuáles son. La cuestión es que este fenómeno es una realidad y no se puede negar.
Personalmente lo considero un pequeño error, aunque comprensible, eso sí. Y siendo sincero es un error que yo cometo también. Pero, al menos, me consuelo pensando que me doy cuenta de ello. ¿Por qué un error? Porque al producirse ese “Efecto Halo” sobre las personas, lo generalizamos a sus obras y no vemos los defectos que pudieran tener. Además eso nos lleva a no aceptar las críticas de otros. Hay que intentar valorar la obra en su justa medida, aisladamente y sin influenciarse por obras anteriores.
Así mismo, como todo lo que levanta pasiones por un lado, también las levanta por el otro. Siempre hay quien esté dispuesto a desmitificar a nuestro particular Zeus. Como se puede apreciar es un asunto un poco complicado el ponerse a reseñar a una de estas nuevas deidades.
Y yo me veo en ese problema, porque, ¿quién no ha oído hablar de Terry Pratchett? Ha vendido más de sesenta millones de copias de sus libros en todo el mundo, ha sido traducido en más de treinta idiomas y cuenta con su propia legión de fans que se autodenominan Kevins. Aunque yo no me considero un Kevin, sí es cierto que “el Maestro” es uno de mis autores favoritos. Así que no me juzguéis con dureza si no soy cien por cien objetivo, pero intentaré dar el todo por el todo y ser honrado, aunque aviso de que “Cartas En El Asunto” promete ser otro de los aciertos de Sir Terry.
En esta nueva novela de Pratchett tenemos un nuevo personaje protagonista, Húmedo Von Mustachen, un gran estafador profesional que ha tenido la desgracia de encontrarse con la nueva Guardia de la Ciudad, que ha impulsado Sam Vimes, así que tarda poco tiempo en verse entre rejas y condenado a muerte. Pero el Patricio tiene otros planes para él. Le ofrece indultarle a cambio de que vuelva a abrir la Oficina de Correos de Ankh-Morpork, cerrada a causa de la competencia de la compañía de clacs Gran Tronco. Sin embargo, lo que Húmedo no sabe es que otra gente ha muerto en el intento y que va a tener que lidiar, entre otras cosas, con unos empleados peculiares, un gólem filósofo, una ciudad ansiosa de novedades y desafíos, una maldición y por supuesto, con la competencia, que no está dispuesta a dejar que se coman ni un trozo de su pastel.
Ya el título original de la novela, “Going Postal” nos da una idea de los descabellados sucesos que van a transcurrir durante toda la novela. Going postal es una expresión usada por los norteamericanos para decir que una persona se ha vuelto loca de remate. Hace referencia a un suceso ocurrido en 1986 en ese país en el cual un empleado de UPS (United States Parcel Service, su oficina de Correos) se volvió loco y entró en un estado de furia asesina en la que se dedicó a disparar a sus propios compañeros de trabajo matando a 14 personas e hiriendo a otras seis. Desde entonces se usa esa expresión para designar a aquellas personas aparentemente normales, pero que un día se les cruza el cable y les da por convertirse en “rambos”. Aunque el suceso en si no tiene gracia alguna, sí que nos una idea del humor perrillero del autor al elegirlo como título de uno de sus hilarantes libros.
Y es que como viene siendo habitual en la obra de Terry, en esta novela asistiremos a situaciones imposibles repletas de personajes completamente desquiciados, avariciosos sin escrúpulos, coleccionistas febriles, freaks dignos de cualquier circo de los horrores, gólems y un sindicato dedicado a defender los derechos de los mismos, tramposos, mentirosos y, por extraño que parezca, un dictador que puede ser la única persona cuerda de toda la ciudad. Y además, está empeñado en que todo funcione y que todo el mundo, a su manera claro, esté satisfecho y así poder llevar la ciudad siempre un paso por delante. Todo ello regado del fino sentido del humor británico tan característico de este escritor. Vamos, lo habitual en cualquier libro del Mundodisco.
Como siempre en todo relato del “Maestro” uno tiene la posibilidad de quedarse sólo en la historia que cuenta, o profundizar más y averiguar qué nos quiere contar el autor. Porque Terry siempre usas sus novelas para hacer una parodia del mundo real y así poder criticar los diversos errores de nuestra sociedad y nuestros valores. De esta manera pretende que abramos un poco los ojos y nos dediquemos a pensar un poco antes de hacer las cosas, y darnos cuenta de lo que sucede en realidad. Desde la manipulación de nuestros políticos hasta nuestro excesivamente consumista método de vida, carente en algunos casos de valores. No pretende que lo cambiemos, eso sería utópico, pero sí al menos que seamos conscientes de ello.
Por ejemplo tenemos a nuestro protagonista, un estafador con la conciencia tranquila ya que piensa que él no es tan malo, a fin de cuentas no ha matado a nadie. Y tampoco es que esté robando, simplemente les está devolviendo la jugarreta a los bancos, a los codiciosos que quieren aprovecharse de los demás y a las empresas. Puede que alguien más salga un poco perjudicado, pero bueno, no le hace daño a nadie. Sin embargo no piensa en que los bancos nunca pierden, y que si han sido estafados lo normal es que despidan al pobre que se ha dejado estafar, o que estrujen a sus clientes para poder mantener la cota de beneficio previa a la estafa, o que el dinero que ha recibido de una persona (ese hombre codicioso que quiere aprovecharse del estafador) por lo que parece oro y que recibe estaño, puede que sean los ahorros de toda una vida. Todas ellas situaciones muy desagradables y que en algún caso pueden llevar a extremos al perjudicado. O sea que igual la estafa, el engaño y el aprovecharse de los ingenuos no es tan buena idea. O, desde luego, sí que es tan malo como parece.
Otro objeto de sus sátiras es, sin duda, las grandes empresas o corporaciones, que parece que han perdido el rumbo y el objetivo para el que fueron fundadas: ofrecer un servicio de calidad y por ello, ganar un dinero. Sin embargo ahora el objetivo es sólo ganar dinero y para ello sus jefes ya no son la gente que sabe del trabajo, sino inversores o juntas que “sólo” saben de dinero y si para ello hay que sangrar a los empleados, hacer recortes de presupuestos y plantillas, disminuir la calidad de lo ofrecido, subir precios y tarifas y sobre todo vender humo, pues bueno. Todo sea por el beneficio. Y si además se puede ganar mucho dinero rápidamente, se hace lo que haya que hacerse y luego ya veremos qué pasa. Un caso actual lo podríamos tener en ciertas Cajas, cuyos beneficios en teoría han desaparecido y obligan a cerrar o a ser absorbidos o rescatados por el Estado, y sin embargo sus directivos cobran primas y dividendos multimillonarios.
Pero no se queda ahí. Como no podía ser menos en un libro que trata de la comunicación entre personas, ya sea manuscrita, hablada o por clacs (léase teléfono o internet) los cachondeos a costa de las compañías telefónicas son constantes. Como por ejemplo ese agresivo sistema de publicidad consistente hacer que personas desconocidas te estén llamando a cualquier hora del día o de la noche para ofrecerte la nueva promoción de tal o cual compañía. Y que encima se ofenden cuando les gritas porque es la decimocuarta vez que te llaman en el día, o porque siempre te cogen en la cama o en la comida/siesta o en el baño. Que está claro que no es culpa de la persona, pero ¿contra quién reclamas?
Como se puede apreciar satiriza sobre muchos temas, y otros tantos de los que no hablo para no destripar todo el libro. Quizá de lo que menos hable es del correo tradicional. Hay quien ve el libro como una pequeña apología del correo manuscrito frente a la invasión de internet, las nuevas tecnologías, el sms, el bluetooth, el whatsapp…. Puede ser, pero quizá no sea el mensaje más importante del libro. Creo que el tema central es la avaricia y el engaño.
Se trata por tanto de un libro en el que el sentido del humor y la sátira son constantes, con continuas bromas sobre USPS y las oficinas de correos en general y cómo no, hacernos pequeños guiños hacia sus seguidores, como la obsesión que tenemos algunos por el coleccionismo. Es, en fin, otra obra genial, llena de grandes momentos, buenos chistes, diálogos ágiles, personajes bien construidos y con el inequívoco sello de su autor, que aunque sea muy crítico, siempre prefiere ver las cosas en positivo y sobre todo, con una sonrisa o un chiste.
Como es habitual, un aplauso para el colaborador habitual de Plaza & Janés Manu Viciano; que se dedica a dar coherencia a las traducciones e intentar que la novela nos llegue de la forma más cercana posible al original y a lo que Terry quiso escribir. Sin él no sé cómo o qué novelas nos llegarían.
Mi Nota: 9. Para todo aquel que quiera reírse y pasar un buen rato, a la vez que reflexiona un poquito. Y desde luego para todo buen Kevin que se precie. ¡Yo también me he alistado en la Legión Extranjera Klatchiana!
Lo mejor: Es difícil destacar algo en concreto, pero me encanta el personaje de la señorita Buencorazón. Aparte de Lord Vetinari, el Patricio, claro. Y además este libro es el inicio de otra saga dentro del Mundodisco.
Lo peor: Quizá la primera mitad de la novela sea un poco más floja y esté construida de una manera un poco caótica, que haga que a ratos no te enteres muy bien de lo que sucede. El hecho de no poder disfrutar de todos los chistes en su versión original, pero bueno, es el defecto de no ser angloparlante
P.D. Para todos aquellos que queráis ver anotaciones a las novelas y explicaciones de algunos chistes y novedades del Mundodisco podéis acudir a la página de Manu, La Concha de Gran A´Tuin (que como sabéis es el nombre de la tortuga sideral gigante que viaja por el espacio con cuatro elefantes en su lomo, sobre los cuales está posado el Mundodisco). Aquí tenéis el link http://dreamers.com/mundodisco/ Tarda mucho en actualizarla pero tiene mucha información de los libros del “Maestro” y sus traducciones al español.
RESEÑA REALIZADA POR CARLOS
1 comentarios:
Otro de los que tengo pendientes =)
Besotes
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