Y ahora nos centramos en el ganador del Premio Ateneo Joven de Sevilla 2012, que ha resultado ser Fernando Otero con "Donde la muerte te encuentre". En esta novela, su autor nos adentra en la vida de Che Guevara, llevándonos al mes de octubre de 1967, cuando el mítico CheGuevara sobrevive a duras penas junto a sus guerrilleros ante el cerco del ejército boliviano. Tras su captura y ejecución, surgen rumores que desmienten la versión oficial sobre el transitar de la guerrilla. La desaparición de documentos y el mutismo de los testigos presenciales y del gobierno cubano aumentan los rumores sobre la traición al Che.
Cuarenta años más tarde, el joven investigador español Ginés Maldonado, cargado de valentía y admiración por Guevara, viaja a Cuba como estoque final a su tesis doctoral sobre la muerte del guerrillero. Durante sus pesquisas añora a la mujer que ha abandonado en España y encuentra obstáculos insospechables interpuestos por los Servicios de Inteligencia de la isla. A pesar de todo, su audacia y convicción le conducen hasta un ex guerrillero compañero del Che, un diario de guerrilla nunca publicado y, sobre todo, Neliza Valdés, la persona que esconde los enigmas más inconfesables sobre la muerte del revolucionario.
Os dejamos la entrevista que también se realizó a Fernando Otero con motivo de la obtención del premio y si pinchais en la portada del libro, podréis leer las primeras páginas del libro mientras esperamos su llegada a las librerías...
Os dejamos la entrevista que también se realizó a Fernando Otero con motivo de la obtención del premio y si pinchais en la portada del libro, podréis leer las primeras páginas del libro mientras esperamos su llegada a las librerías...
¿Cómo clasificar Donde la muerte te encuentre?
No se somete a un género definido. Hay suspense, aventura e historia, pero no es una novela exclusivamente de aventuras, historia o suspense. En octubre de 1967 Che Guevara y los restos de su guerrilla son capturados y asesinados en Bolivia. Cuatro décadas más tarde un joven y audaz doctorando Ginés Maldonado viaja a Cuba a finalizar su tesis doctoral y aclarar algunos interrogantes aún sin resolver. ¿Enviaron los agentes cubanos al Che a una ratonera entregando un informe malintencionado sobre el lugar del campamento? ¿Eludió Cuba un probable rescate al Che entregándolo a una muerte segura? ¿Existen testimonios vivos silenciados que arrojen luz a esas preguntas?
Entonces, estamos ante una novela de investigación, es la búsqueda de Ginés Maldonado…
Pero no sólo de búsqueda histórica o de indagación periodística, también de búsqueda interior. Maldonado es un ser inquieto por antonomasia, enamoradizo no sólo de un guerrillero sino de la vida y de las mujeres que abrigan su existencia. Su viaje va más allá de indagar cómo murió Che Guevara. Ha abandonado en España a la mujer que ama —Raquel Osorio— porque cree que vive una vida que no lo corresponde.
Y en Cuba encuentra esa vida…
Bueno, encuentra a mujeres como Neliza Valdés o Rosita Menéndez que dan explicación a otras zonas de su interior. A veces, las certidumbres de nuestras vidas las edifican los descartes de esas otras cosas que sí estamos seguros no nos pertenecen.
No se somete a un género definido. Hay suspense, aventura e historia, pero no es una novela exclusivamente de aventuras, historia o suspense. En octubre de 1967 Che Guevara y los restos de su guerrilla son capturados y asesinados en Bolivia. Cuatro décadas más tarde un joven y audaz doctorando Ginés Maldonado viaja a Cuba a finalizar su tesis doctoral y aclarar algunos interrogantes aún sin resolver. ¿Enviaron los agentes cubanos al Che a una ratonera entregando un informe malintencionado sobre el lugar del campamento? ¿Eludió Cuba un probable rescate al Che entregándolo a una muerte segura? ¿Existen testimonios vivos silenciados que arrojen luz a esas preguntas?
Entonces, estamos ante una novela de investigación, es la búsqueda de Ginés Maldonado…
Pero no sólo de búsqueda histórica o de indagación periodística, también de búsqueda interior. Maldonado es un ser inquieto por antonomasia, enamoradizo no sólo de un guerrillero sino de la vida y de las mujeres que abrigan su existencia. Su viaje va más allá de indagar cómo murió Che Guevara. Ha abandonado en España a la mujer que ama —Raquel Osorio— porque cree que vive una vida que no lo corresponde.
Y en Cuba encuentra esa vida…
Bueno, encuentra a mujeres como Neliza Valdés o Rosita Menéndez que dan explicación a otras zonas de su interior. A veces, las certidumbres de nuestras vidas las edifican los descartes de esas otras cosas que sí estamos seguros no nos pertenecen.
Fernando Otero y David Tejera |
Una certidumbre que no necesitó edificar Ginés Maldonado es saber qué paso realmente con el Che.
Esa certidumbre es casi una obsesión. El maneja su propia tesis y sus convicciones son casi simétricas a las convicciones fatalistas del Che Guevara. Conocerá a cargos del gobierno cubano, buscará a ex guerrilleros y compañeros del Che que testimonien hechos, se adentrará en la vida de una jinetera, intimará con un trompetista negro del Malecón, con un bibliófilo, el presidente del Poder Popular de un pueblecito de la sierra… Es capaz de levantar media Cuba para encontrar alguna pista que reescriba la historia oficial sobre la muerte del Che.
Y en esa obsesión se encuentra con el diario de Raúl Villar.
Raúl Villar fue un guerrillero del grupo del Che en Bolivia. Escribió un diario que nunca apareció. También el nombre de Villar desapareció de los libros de historia de la Revolución. El diario encierra enigmas sobre qué paso realmente en el grupo guerrillero.
¿El diario existió?
En mi novela sí.
¿Por qué una novela sobre el Che?
Tenía diecisiete años cuando leí la primera biografía del Che. Son más de 15 años discontinuos analizando su vida. Hasta hoy he estudiado y analizado a 5 biógrafos más (los mejores). Además de los ensayos, sus diarios y los de otros guerrilleros, testimonios, cartas, estudios, discursos, documentales… He viajado a Cuba varias veces y he vivido en la sierra como un cubano más. He escudriñado a qué autores devoraba el Che, cómo era su día a día en casa, en el Ministerio o en la guerrilla; cómo trataba a sus correligionarios, cuáles eran sus claudicaciones como ser humano, cómo se enfrentó a la muerte; qué simientes tenía aquel adolescente o veinteañero que inició un viaje en moto primero, y luego a pie, por toda Sudamérica antes de graduarse en Medicina; cómo se forjó su infancia, la etapa que sustenta todo el desarrollo de nuestra personalidad…
¿La creación de la novela le unió más al guerrillero?
Sentí admiración desde el principio. Un espejo en el que mirarme, pero no desde lo político, sino desde lo humano. Me pareció un ser romántico, a mi juicio el que más de todo el siglo veinte. Un argentino hijo de una familia acomodada que abandonaba una vida fácil porque creía en la justicia social, un médico que se jugaba la vida cada día, fusil en ristre, porque hubiera escuelas para los campesinos y médicos para los hijos de los guajiros... Un niño que padeció un asma severísima desde los tres años, sus ataques eran tan intensos que lo hacían desplomarse en medio de la guerrilla o de un partido de rugby en la escuela. Un hombre que tenía la capacidad de inyectar esa convicción y esas fuerzas a los demás. Un obseso de la educación y la cultura “para todos”...Y no había cargo ni emblema ni dinero ni “mujer” ni “hijos” que se antepusieron a esos ideales. Ni siquiera su propia vida. Así era el Che. ¿No le parece romántico?
¿Cómo te imaginas Cuba si no hubiese muerto el Che?
Quizá la pregunta sería ¿hubiese triunfado la Revolución sin un personaje como Fidel Castro? Mi respuesta es no. Castro era insustituible. El Che era un idealista que hubiera sido incapaz de poner en peligro su integridad moral por unir a todos los grupos que cohabitaban en la Sierra en 1959. Castro sí. Fidel era un encantador de serpientes. Se uniría a cualquiera que luchara contra el mismo enemigo.
Pero entonces, ¿usted es fidelista o guevarista?
Interesa poner etiquetas a las que no permito someterme ni que nadie lo haga. Yo no pertenezco a nadie. Aunque sin duda el mensaje del Che es más romántico. Personajes como Hitler, Stalin, Franco o Castro son una desgracia para el ser humano y su estigma más oneroso recae sobre la libertad de pensamiento de muchas generaciones. Pero las repercusiones no son menores que la dictadura económica actual que nos oprime disfrazada bajo el ropaje de la democracia. Mis ismos se basan en la creencia de una meritocracia real, en que cada ciudadano conquiste su estatus a través de sus propios esfuerzos y su talento. Los derechos no conquistados o regalados son privilegios. Regresamos a una sociedad medieval donde las brechas sociales son irrecuperables.
Volviendo a la trama, hay un momento en que Neliza Valdés siente la represión patriótica en su conciencia, esa batalla de las ideas que llaman en Cuba la coloca en disyuntiva con el amor a sí misma o a los demás ¿El amor vence el adoctrinamiento?
Luchar por alguien o entregar tu vida por otro ser humano es una manifestación tan sublime que no tiene enemigos posibles.
¿Tiene algo de guerrillero o la impronta literaria fagocita al escritor?
Ahora el guerrillero del siglo XXI es un indignado. Me exaspera el inmovilismo y el individualismo. Si no se reacciona con la razón, lo haremos con la catástrofe, aunque sea tarde. Pero, por encima de la literatura, yo soy un cantaor frustrado, por eso escribo, es el medio en el que me expreso mejor.
¿Qué pueden encontrar los lectores de Donde la muerte te encuentre?
Creo que es una novela ágil que alimenta a los lectores exigentes y que entretiene a los que simplemente buscan un esparcimiento.
Pero sobre todo—aunque cohabitando con la ficción— es una novela históricamente rigurosa y celosamente documentada.
En La Sonanta se adentró en el flamenco y la Guerra Civil,
Donde la muerte te encuentre analiza al Che ¿En qué trabaja ahora?
Siempre me motivaron los ideales clásicos y los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia. En mi adolescencia viví los Juegos Olímpicos de Barcelona con especial fervor. El proyecto ya ha superado el periodo embrionario, pero por ahí van los tiros.
Esa certidumbre es casi una obsesión. El maneja su propia tesis y sus convicciones son casi simétricas a las convicciones fatalistas del Che Guevara. Conocerá a cargos del gobierno cubano, buscará a ex guerrilleros y compañeros del Che que testimonien hechos, se adentrará en la vida de una jinetera, intimará con un trompetista negro del Malecón, con un bibliófilo, el presidente del Poder Popular de un pueblecito de la sierra… Es capaz de levantar media Cuba para encontrar alguna pista que reescriba la historia oficial sobre la muerte del Che.
Y en esa obsesión se encuentra con el diario de Raúl Villar.
Raúl Villar fue un guerrillero del grupo del Che en Bolivia. Escribió un diario que nunca apareció. También el nombre de Villar desapareció de los libros de historia de la Revolución. El diario encierra enigmas sobre qué paso realmente en el grupo guerrillero.
¿El diario existió?
En mi novela sí.
¿Por qué una novela sobre el Che?
Tenía diecisiete años cuando leí la primera biografía del Che. Son más de 15 años discontinuos analizando su vida. Hasta hoy he estudiado y analizado a 5 biógrafos más (los mejores). Además de los ensayos, sus diarios y los de otros guerrilleros, testimonios, cartas, estudios, discursos, documentales… He viajado a Cuba varias veces y he vivido en la sierra como un cubano más. He escudriñado a qué autores devoraba el Che, cómo era su día a día en casa, en el Ministerio o en la guerrilla; cómo trataba a sus correligionarios, cuáles eran sus claudicaciones como ser humano, cómo se enfrentó a la muerte; qué simientes tenía aquel adolescente o veinteañero que inició un viaje en moto primero, y luego a pie, por toda Sudamérica antes de graduarse en Medicina; cómo se forjó su infancia, la etapa que sustenta todo el desarrollo de nuestra personalidad…
¿La creación de la novela le unió más al guerrillero?
Sentí admiración desde el principio. Un espejo en el que mirarme, pero no desde lo político, sino desde lo humano. Me pareció un ser romántico, a mi juicio el que más de todo el siglo veinte. Un argentino hijo de una familia acomodada que abandonaba una vida fácil porque creía en la justicia social, un médico que se jugaba la vida cada día, fusil en ristre, porque hubiera escuelas para los campesinos y médicos para los hijos de los guajiros... Un niño que padeció un asma severísima desde los tres años, sus ataques eran tan intensos que lo hacían desplomarse en medio de la guerrilla o de un partido de rugby en la escuela. Un hombre que tenía la capacidad de inyectar esa convicción y esas fuerzas a los demás. Un obseso de la educación y la cultura “para todos”...Y no había cargo ni emblema ni dinero ni “mujer” ni “hijos” que se antepusieron a esos ideales. Ni siquiera su propia vida. Así era el Che. ¿No le parece romántico?
¿Cómo te imaginas Cuba si no hubiese muerto el Che?
Quizá la pregunta sería ¿hubiese triunfado la Revolución sin un personaje como Fidel Castro? Mi respuesta es no. Castro era insustituible. El Che era un idealista que hubiera sido incapaz de poner en peligro su integridad moral por unir a todos los grupos que cohabitaban en la Sierra en 1959. Castro sí. Fidel era un encantador de serpientes. Se uniría a cualquiera que luchara contra el mismo enemigo.
Pero entonces, ¿usted es fidelista o guevarista?
Interesa poner etiquetas a las que no permito someterme ni que nadie lo haga. Yo no pertenezco a nadie. Aunque sin duda el mensaje del Che es más romántico. Personajes como Hitler, Stalin, Franco o Castro son una desgracia para el ser humano y su estigma más oneroso recae sobre la libertad de pensamiento de muchas generaciones. Pero las repercusiones no son menores que la dictadura económica actual que nos oprime disfrazada bajo el ropaje de la democracia. Mis ismos se basan en la creencia de una meritocracia real, en que cada ciudadano conquiste su estatus a través de sus propios esfuerzos y su talento. Los derechos no conquistados o regalados son privilegios. Regresamos a una sociedad medieval donde las brechas sociales son irrecuperables.
Volviendo a la trama, hay un momento en que Neliza Valdés siente la represión patriótica en su conciencia, esa batalla de las ideas que llaman en Cuba la coloca en disyuntiva con el amor a sí misma o a los demás ¿El amor vence el adoctrinamiento?
Luchar por alguien o entregar tu vida por otro ser humano es una manifestación tan sublime que no tiene enemigos posibles.
¿Tiene algo de guerrillero o la impronta literaria fagocita al escritor?
Ahora el guerrillero del siglo XXI es un indignado. Me exaspera el inmovilismo y el individualismo. Si no se reacciona con la razón, lo haremos con la catástrofe, aunque sea tarde. Pero, por encima de la literatura, yo soy un cantaor frustrado, por eso escribo, es el medio en el que me expreso mejor.
¿Qué pueden encontrar los lectores de Donde la muerte te encuentre?
Creo que es una novela ágil que alimenta a los lectores exigentes y que entretiene a los que simplemente buscan un esparcimiento.
Pero sobre todo—aunque cohabitando con la ficción— es una novela históricamente rigurosa y celosamente documentada.
En La Sonanta se adentró en el flamenco y la Guerra Civil,
Donde la muerte te encuentre analiza al Che ¿En qué trabaja ahora?
Siempre me motivaron los ideales clásicos y los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia. En mi adolescencia viví los Juegos Olímpicos de Barcelona con especial fervor. El proyecto ya ha superado el periodo embrionario, pero por ahí van los tiros.
0 comentarios:
Publicar un comentario