jueves, 11 de julio de 2013 | By: Skadhi

La distopía está de moda...

Después de estar unos días haciendo reseñas de libros juveniles basados en el género de moda, la distopía, hoy nos hemos decidido a hablar del género en si mismo.

La distopía, si buscamos su significado en los diccionarios, es el reflejo de una sociedad ficticia indeseable en sí misma, como consecuencia de tendencias sociales actuales. Surgen como obras de advertencia, o como sátiras, que muestran las tendencias actuales extrapoladas en finales apocalípticos. Son los libros, cómics y películas los principales medios que nos presentan distopías.

En realidad, las distopías guardan mucha relación con la época y el contexto socio-político en que se conciben. Por ejemplo, algunas distopías escritas durante las décadas de los 60 y 70, advertían de los peligros del socialismo de Estado, de la mediocridad generalizada, del control social, del consumismo y el aislamiento. Grandes ejemplos encontramos en "El señor del mundo" de Robert Hugh Benson, "1984" de George Orwell, "Un mundo feliz" de Aldous Huxley y "Fahrenheit 451" de Ray Bradbury, libros cuya lectura os recomendamos si os están gustando las sagas juveniles distópicas que están de moda.

Otras más recientes son obras de ciencia ficción ambientadas en un futuro cercano donde la sociedad se encuentra dominada por las grandes multinacionaless capitalistas que actúan sobre la sociedad con carácter represivo. De este estilo, merece la pena leer "Traición" Scott Westerfeld o "La chica mecánica" de Paolo Bacigalupi.

Otras distopías son presentadas en los libros como utopías perfectas que se van resquebrajando a medida que los personajes de la historia empiezan a darse cuenta de que el aparente mundo utópico mantiene ocultas características propias de dictaduras y régimenes opresivos. Estas distopías sirven para advertir sobre los riesgos de la manipulación mediática o política.

Dentro del género de la distopía, hay críticos que diferencian los estilos de distopía en función de la sociedad que representan. Si hicieramos caso a esa división marcada, las novelas distópicas se podrían diferenciar entre dos estilos: distopías puras, y distopías indirectas.

Las distopías puras estarían basadas en complejos sistemas sociales, legales, económicos, culturales o políticos contra los que el protagonista lucha. Los grandes ejemplos de distopía pura son, sin lugar a dudas, "1984" de George Orwell, "Un mundo feliz" de Aldous Huxley y "V de vendetta" de Alan Moore y David Lloyd.

Las distopías indirectas, en cambio, tienen a la sociedad distópica como un escenario de fondo donde se desarrolla la historia, o lo que es lo mismo, la historia no parte de la lucha del protagonista contra el sistema. De este estilo, a destacar sin dudarlo "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" de Philip K. Dick, y "Ensayo sobre la ceguera", de José Saramago, libros que habría que leer obligatoriamente en los institutos.

Pero sea como fuere, la distopía, que durante años ha estado en el olvido literario, resurgió hace tres años con fuerza gracias a la literatura juvenil. La llegada de la saga de "Traición" de Scott Westerfeld, supuso el pistoletazo de salida al género, que se ha ido ampliando y desarrollando con "Los juegos del hambre", "Divergente", "Delirium", "Juntos", "El corredor del laberinto", etc...

Todas estas sagas estarían englobadas en distopías puras, ya que en casi todas ellas, los protagonistas de las historias luchan contra una sociedad alejada de la sociedad que nosotros conocemos, y donde se olvida el valor fundamental de la misma: la convivencia pacífica entre humanos. Así, en estas sagas hemos visto sociedades que controlan y diferencian a las personas en función de su carácter, sociedades donde no se está permitido amar libremente a alguien, sociedades donde desde el nacimiento se está supeditado a las órdenes establecidas por unos pocos, sociedades donde para poder vivir hay que luchar contra los demás sin pensar en sentimiento alguno...

Estas sagas juveniles tienen todas una moraleja oculta en sus trepidantes historias, avisan a la gente joven del peligro de que el consumismo, la individualidad, el egoísmo y la competencia por todo, nos pueden llevar a este tipo de sociedades. Es decir, nos advierten de lo que puede llegar si perdemos la base de nuestra convivencia...

Es por esto, que hay que darle las gracias a la literatura juvenil por haber rescatado del olvido a la distopía, por haberla convertido en un fenómeno de masas y llevar a la gente joven a devorar todos los libros que salen sobre la temática, haciendo que las productoras cinematográficas vean en estas sagas un filón inagotable que hace que muchas de ellas estén convirtiéndose en películas muy esperadas...

Dicho esto, sólo se puede añadir una cosa más... larga vida a la distopía....




0 comentarios:

Publicar un comentario